El inicio de 2019 representó la continuación de las perspectivas sobre la economía mundial que comenzaron a influenciar a los mercados en el cierre de 2018. El escenario de una desaceleración global, aderezada con un contexto comercial incierto y la posibilidad de que el ciclo económico de crecimiento mantenido en los últimos años por el estímulo monetario sin precedente que realizó la FED, al mismo tiempo en que la inflación en países desarrollados y emergentes tiene una tendencia bajista, han sido los catalizadores de un cambio de lenguaje por parte del Banco de la Reserva Federal, situación que tuvo un efecto positivo de magnitud considerable en los principales activos durante el mes de enero…